Posteado por: escritor apasionado | 20 noviembre 2009

Semanita cultural: 8 al 15/11

Antes de irme a Miraflores di una vuelta por la Plaza de Armas y me percaté de la recién inaugurada Casa de la Literatura. Sin titubear caminé y me dirigí hacia la puerta principal, había un cuaderno que registraba los ingresos, pero quise pasar desapercibido, así que no puse mi rúbrica en las hojas. Inicié el recorrido por cada una de las salas donde me topé con videos, conferencias, audios, poemas musicalizados, libros de consulta, fotos y la obra de todos los intelectuales que representan a nuestra literatura nacional.

Siempre ha llamado mi atención la poesía, así que con la ayuda de una de las guías pude escuchar Nueve monstruos, uno de los poemas que más me gusta de Vallejo. Felicito esta iniciativa porque permite tener una ventana abierta hacia el legado literario que nos dejaron los innumerables intelectuales peruanos, lamento mucho que la obra de varios de ellos, recién fue valorada después de fallecidos. En ese sentido la sociedad peruana es en cierto modo ingrata porque –salvo contadas excepciones- no sabe apreciar la obra intelectual de muchos personajes que influyeron mucho en la construcción de nuestra cultura. Sucede hasta el día de hoy, donde muchos intelectuales al no ser valorados en su propio país, se ven obligados a migrar para que su obra cobre las dimensiones esperadas.

En el patio trasero hay unas mesas donde uno se puede sentar tranquilo a platicar acariciado por el aire que corre por la tarde o a lo mejor tomar uno de los periódicos del día y echarse a leer las noticias un rato. En el hall anterior que conduce a dicho patio uno puede consultar los libros de los principales novelistas, cuentistas, poetas y ensayistas. Y lo más importante, no cuesta nada, es gratuito, así que si se animan pueden darse un salto por allí.

Acá les dejo con un poema de Salaverry que me gustó mucho cuando lo encontré en una de las salas, se titula: “Acuérdate de mí”:

Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;
mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,
y ocultas a través de tu sonrisa
lágrimas de dolor; pues mi recuerdo tu memoria asalta,
y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
y hasta el ambiente mismo que respiras
te repite ¡mi amor!

¡Oh! cuando vea en la desierta playa,
con mi tristeza y mi dolor a solas,
el vaivén incesante de las olas,
me acordaré de tí;
Cuando veas que una ave solitaria
cruza el espacio en moribundo vuelo,
buscando un nido entre el mar y el cielo,
¡Acuérdate de mí!

Una vez que paseé por las salas de esta casa literaria, salí presuroso hacia Miraflores, estuve un rato en la misa y luego a la vuelta, en la Sala Luis Miró Quesada Garland, esquina de Larco y Diez Canseco donde se situaba la muestra: “Imitating Life. Fotografía Mexicana Contemporánea”, que también forma parte de Mirafoto 2009. Las fotos que más me gustaron fueron las de Daniela Edburg y Ximena Labra. Acá les dejo con un par de fotos de cada una de ellas:

Después de esta muestra fui a hacer mi cola al CCE, donde se presentaba el Séptimo festival Internacional de Música Clásica Contemporánea de Lima 2009. Ese domingo se presentaban Carlé Costa y Ross Thompson. La que más me gustó fue una pieza musical que se estrenaba aquella noche. Se titulaba: “Im Reich des King Crimson”. Al salir me llevé una buena impresión por las genialidades musicales que se pueden hacer con la guitarra y otros instrumentos.
Acá les dejo con una muestra del trabajo de Carlé Costa y Ross Thompson:


El lunes asistí a una conferencia en el Británico sobre “Ética de la igualdad” disertada por el doctor en filosofía Ciro Alegría. El tiempo quedó muy corto porque después de su intervención con las preguntas se armó un debate interesante sobre este tema que tiene muchas implicancias en la sociedad actual.

El jueves estuve en la UTP, en una pela titulada “1” -¿medio raro el nombre no?, el menos eso fue lo que me pregunté cuando lo vi- que formaba parte de una muestra de cine limeño. ¿Quieren que les sea sincero? La calidad de la pela estaba impresentable, por decir lo menos. Había partes en las que ni se entendía lo que hablaban los actores.

Antes de continuar explicando de qué iba la pela, les cuento que mientras la veía sonó el timbre del celular de una de las asistentes y ella –concentrada en la persona que la había llamado, a lo mejor era uno de sus fans- al salir corriendo su rostro chocó abruptamente contra una puerta de vidrio templado que conectaba el auditorio con el pasillo. El estruendo fue tan fuerte que todos regresaron a mirar, yo creí que la chica había quedado mal herida, pero como a los diez minutos volvió a ingresar muerta de la risa.

La pela trataba de una conversación de amigos –una chica y un chico- en tres ambientes distintos (centro cívico, interiores de la ex biblioteca nacional y un café). Ambos se llevaban bien, se citaban, platicaban sobre temas diversos, al final el chico se le manda a la chica, pero ella se niega a aceptar el amor que él le ofrece. Me tuve que quedar hasta el final para escuchar los comentarios del actor principal, después de lo cuál me enteré que la pela había sido una iniciativa grupal con apenas tres integrantes. En este caso el mismo productor la hacía de guionista y actor.

El mensaje de la pela recién lo entendí después de los comentarios del productor. El sentido de la conversa entre los protagonistas era que ambos se hallaban infelices, la vida no les había dado lo que ellos querían. La conclusión final fue que a veces las cosas no siempre pasan como uno quisiera. Y en eso tiene toda la razón.

El sábado por la noche estuve en la Asociación Cultural Peruano-Británica viendo la muestra colectiva: “Lima, me mata”, desde la cuál se puede mirar la capital desde muchos ángulos visuales y distintas interpretaciones que reflejan la variada idiosincrasia de la periferia limeña. Las fotos trataban de representan aquellas causas que literalmente nos matan a los limeños –soy de nacimiento piurano, pero me considero limeño de corazón porque vivo enamorado de esta ciudad. A pesar de eso, hay cosas de Piura que nadie se las puede quitar y que extraño mucho: su comida, sus playas y su gente.

Entre las distintas causas de lo que nos mata se podía visualizar en las fotos: las combis asesinas, los taxis inseguros, la basura que a veces los vecinos arrojan en las pistas, la densa neblina del invierno, la delincuencia, las barras bravas, entre otros factores.

En la sala posterior estaba bien escondida o al menos pasando perfil bajo, la foto de Angie Jibaja desnuda, hay que reconocer que tiene bonito cuerpo.

Al salir me fui a Bruno Gallery, donde se presentaba la muestra de arte: “Humano genérico”. Qué pena que no pude ir a la inauguración porque ese día, la presentación era con música en vivo de la Dj Jumi Lee. Al tocar el timbre me recibieron dos perros de cierta magnitud con unos ladridos que me pusieron algo nervioso. Le tuve que pedir al anfitrión que los guardara, no vaya a ser que me mordieran y tener que recibir 15 inyecciones en el ombligo. Al ratito un joven salió a pasearlos por las inmediaciones del Jr. Francia.

La muestra pertenece a Javier Ramos Cucho y en cuyo arte propone la influencia de la tecnología en los seres humanos que los atonta y empiezan a perder su humanidad. Debo reconocer que este artista tiene mucho talento, el diseño de sus cuadros está bien hecho, sobre todo esas frasecitas en cada uno de ellos que te dejan pensando buen rato. ¿Cómo es que a veces nos volvemos presos de la tecnología, de la televisión, del celular, del Internet que nos olvidamos de nosotros mismos?

Para terminar mi sábado bajé al Centro de Lima, subí al Yacanas y me tomé un daiquiri de durazno mientras escuchaba mi música preferida.


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